Un sofisticado sistema de redes neurales ha interpretado los movimientos de Marte y la estrella en el cielo para condensarlos en una ecuación que descarta que nuestro planeta sea el centro del universo.
Durante milenios, los astrónomos estuvieron convencidos de que la Tierra era el centro del universo.
Sencillamente, los objetos parecían moverse por el cielo sobre una esfera más fija.
Algunos de estos objetos, sin embargo, tenían un comportamiento un tanto extraño si ese hubiera sido el caso.
Por ejemplo, en ocasiones Marte adoptaba un movimiento retrógrado, así que se concluyó que este mundo se movía en pequeños círculos (los llamados epiciclos). Después se comprobó que no era así.
Un estudio publicado en Physical Review Letters ha mostrado cómo una inteligencia artificial (IA) ha logrado averiguar que la Tierra gira alrededor del Sol, sencillamente dándole la información sobre cómo se mueven Marte y la estrella por el firmamento.
La combinación de varios algoritmos y de unas peculiares redes neurales ha llevado a los investigadores a crear un sistema que esperan que pueda ser empleado para localizar patrones en enormes juegos de datos, sencillamente «destilando» toda esa información.
Han asegurado que esta aproximación podría ser de ayuda en el campo de la Mecánica Cuántica.
Tal como ha informado « Nature.com», el equipo de Renato Renner, investigador en el Instituto Tecnológico de Zurich (Suiza), diseñó un algoritmo destinado a condensar grandes cantidades de información en fórmulas sencillas.
Y lo hicieron por medio de un nuevo tipo de red neural, un sistema de inteligencia artificial inspirado en los entramados que forman las neuronas en el cerebro.
La mayoría de las redes empleadas hasta el momento son «entrenadas» por medio de vastos juegos de datos y pueden aprender a identificar patrones generales.
Lo habitual es codificar estos patrones en nodos matemáticos, algo así como el equivalente de las neuronas.
Pero estos nodos no condensan la información, más bien la dispersan por los demás nodos de formas que resultan difíciles de interpretar o aprovechar.
En esta ocasión, Renner limitó las conexiones de la red neural: creó dos redes independientes conectadas por solo un puñado de enlaces.
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Dado que solo un puñado de conexiones unió ambos sistemas, la primera red tuvo que condensar la información en paquetes de datos para informar a la segunda.
Renner y compañía pusieron a prueba este sistema con una simulación de los movimientos del Sol y Marte en el cielo, tal como se ven bajo la bóveda celeste.
Así, al igual que Copérnico acabó con el modelo geocéntrico en el siglo XVI, esta inteligencia artificial averiguó que tanto la Tierra como Marte giran alrededor del Sol.
Eso sí, los investigadores han destacado que su IA solo produce ecuaciones, y que es necesario que una persona las interprete y extraiga la conclusión de que son los planetas los que se mueven alrededor del Sol.
Naturalmente, lo averiguado por esta inteligencia artificial no es una novedad.
Sin embargo, tal como ha opinado en «Nature.com» Hod Lipson, investigador experto en robótica de la Universidad de Columbia (EEUU), el avance es importante porque es capaz de extraer los parámetros cruciales que describen un sistema físico:
Sin embargo, tal como ha opinado en «Nature.com» Hod Lipson, investigador experto en robótica de la Universidad de Columbia (EEUU), el avance es importante porque es capaz de extraer los parámetros cruciales que describen un sistema físico:
«Creo que este tipo de técnicas son nuestra única esperanza de comprender los fenómenos cada vez más complejos a los que nos enfrentamos, tanto en la física como más allá», ha opinado Lipson.
De hecho, Renato Renner pretende aprovechar esta aproximación para desarrollar sistemas de inteligencia artificial que puedan ayudar a los científicos en el campo de la Mecánica Cuántica, donde es habitual encontrar contradicciones y discrepancias, al igual que le ocurría a los astrólogos que se encontraban con el desconcertante movimiento retrógrado de Marte.
«Es posible que la actual forma como la Mecánica Cuántica está formulada sea de en algunos aspectos un simple artefacto histórico», ha dicho Renner.
Quizás, ha proseguido, una inteligencia artificial podría encontrar unas ecuaciones libres de contradicciones.
Para lograrlo alguna vez, su equipo ya trabaja en desarrollar una nueva versión de sus redes neurales que no solo aprenda de datos experimentales, sino que proponga nuevos experimentos para poner a prueba sus propias hipótesis.
Fuente: ABC