La mayoría de los dispositivos médicos utilizados para ofrecer pulso eléctrico al corazón, particularmente las soluciones temporales para pacientes que se recuperan de cirugía cardiaca, requiere una combinación de hardware interno conectado con alimentación externa y sistemas de alimentación y control externos mediante cables que penetran en la piel.
Dichos dispositivos introducen riesgos de infección y limitan la capacidad la movilidad del paciente y requieren procedimientos quirúrgicos de extracción, lo que a su vez puede introducir más complicaciones.
En un estudio que ha tenido por objetivo verificar la validez de un nuevo sistema que debe ser capaz de resolver la necesidad no satisfecha de dispositivos de control y supervisión cardiacos mínimamente invasivos, el equipo de Yeon Choi, de la Universidad del Noroeste en Evanston, Illinois, Estados Unidos, ha desarrollado una red de dispositivos inalámbricos, incluyendo un marcapasos biorreabsorbible, que pueden supervisar y controlar temporalmente el ritmo cardíaco.
Ya que la tecnología de este sistema es inalámbrica, los dispositivos de este tipo podían librarse de las deficiencias comunes de los dispositivos implantados, como por ejemplo infecciones en la línea impulsora o por ejemplo la necesidad de procedimientos quirúrgicos para retirar o sustituir cables o baterías de marcapasos.
Concretamente, Choi y sus colegas han ideado un sistema biodegradable, de bucle cerrado microelectromecánico e inalámbrico (Bio-MEMS) para supervisión y control cardiaco mínimamente invasivos.
Utilizando metales solubles en agua y polímeros degradables, Choi y sus colegas crearon un módulo totalmente implantable y biorreabsorbible que recibe alimentación inalámbricamente a través de la piel para los pasos epicárdicos.
Para visualización de datos y control algorítmico en tiempo real, incluye una red integrada de sensores con interfaz a la superficie de la piel que capturan y transmiten datos a un módulo de control externo a través de Bluetooth.
Tras la cirugía, el módulo interno se disuelve en el cuerpo y los módulos de interfaz de la piel se eliminan pelándolos de la piel.
Esto elimina la necesidad de extracción quirúrgica.
Para demostrar la viabilidad de este concepto, el equipo de investigación utilizó un dispositivo para supervisar y controlar el ritmo cardiaco en ratas, perros y estudios de corazón ex vivo en humanos.
Fuente: Science
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