Un equipo internacional de investigadores ha creado un robot retorcido que puede rodar espontáneamente por una pendiente, una versión lúdica y aparentemente desafiante de la gravedad inspirada en la biología.
Sin embargo, la invención no está violando ninguna ley de la física.
Las oscilaciones afinadas de cada uno de sus segmentos individuales le permiten empujarse contra el suelo e incluso vencer obstáculos mientras sube una colina, por lo que, si bien es cierto que es muy inteligente, no es una máquina de movimiento perpetuo.
El truco de la rueda es contradictorio.
Está hecha de motores individuales que están conectados entre sí para formar su estructura redonda, con cada módulo conectado a brazos de plástico cargados con bandas de goma que están dispuestos de tal manera que generan un par opuesto, una disposición inestable “no recíproca” que normalmente no permitiría que la rueda se moviese en absoluto.
Sin embargo, el empuje y la tracción de los motores individuales generan oscilaciones circulares que hacen que la rueda se estire y se expanda de una manera que le permita rodar cuesta arriba.
No es del todo diferente a lo que sucede en la naturaleza.
“Los animales son muchos componentes oscilatorios interconectados que tienen que trabajar juntos“, dijo Nick Gravish, roboticista de la Universidad de California en San Diego, que no participó en la investigación.
Pero aún no está claro si la biología ya se está aprovechando de este tipo de procesos.
Sin embargo, es una nueva vía potencialmente emocionante para aprender más sobre el entorno natural, incluido el movimiento de enjambres de animales sin líder.
Si bien es divertido, la tecnología no reemplazará exactamente la rueda en el corto plazo.
Fuente: Quanta Magazine