Al igual que la tecnología venerable de la unidad de disco flexible, el clásico de Europa “The Final Countdown” simplemente no va a morir.
Ahora el aficionado Paweł Zadrożniak ha alimentado la melodía a través de los armónicos de hardware de su “Floppotron”.
Se compone de 64 unidades de disquete y ocho controladores de 8 canales.
Se manipula el tono mediante el control de la velocidad y el voltaje de cada unidad.
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Los escáneres y unidades de disquete utilizan motores paso a paso para mover la cabeza con sensores que escanean la imagen o realizan operaciones de lectura/escritura en un disco magnético.
El sonido generado por un motor depende de la velocidad. Cuanto mayor sea la frecuencia, mayor es el tono.
Los discos duros utilizan un imán y una bobina para inclinar la cabeza. Cuando se suministra voltaje durante el tiempo suficiente, la cabeza se acelera y golpean haciendo el sonido de “golpe de tambor”.
Fuente: Gizmodo
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