Las ramificaciones de la inteligencia artificial (IA) son incontables. Poco a poco esta tecnología está adentrándose en áreas muy diversas en las que está demostrando su enorme potencial. La energía de fusión es una de ellas.
De hecho, los físicos e ingenieros que participan en la construcción de ITER (International Thermonuclear Experimental Reactor), el reactor de fusión que un consorcio internacional liderado por Europa está poniendo a punto en Cadarache (Francia), la utilizan, entre otras cosas, para entender mejor la dinámica del plasma y optimizar las soldaduras de la cámara de vacío del reactor.
Sin embargo, no solo la fusión nuclear se está beneficiando ya de la IA; las centrales nucleares también lo están haciendo.
Aunque, como podemos prever, sus aplicaciones en el ámbito de la fisión son muy diferentes a su utilidad en el terreno de la fusión.
La IA tiene la capacidad de mejorar de una forma significativa la eficiencia de las centrales nucleares en operación mediante la utilización de algoritmos de aprendizaje automático y análisis de datos avanzado.
De hecho, puede analizar en tiempo real la información procedente de los sensores para identificar anomalías y predecir las necesidades de mantenimiento.
A la IA se le da muy bien encontrar patrones y analizar datos, dos tareas que actualmente se llevan a cabo en las instalaciones nucleares, aunque no de una forma completamente automatizada.
Cualquier tecnología que pueda contribuir de una forma significativa a incrementar la seguridad de estas centrales es bienvenida. Y, efectivamente, la IA tiene la capacidad de hacerlo.
El mantenimiento predictivo es una de las áreas en las que la IA puede brillar dentro de las centrales nucleares.
Los modelos de aprendizaje automático son capaces de predecir fallos en los equipos si previamente han sido entrenados con datos históricos.
Su capacidad de identificación de patrones en este terreno puede marcar la diferencia.
El mantenimiento predictivo habilitado por la IA incrementa la fiabilidad y la durabilidad de las infraestructuras nucleares.
Por otro lado, la IA también ejerce un rol relevante en la optimización de algunos de los procesos de las centrales nucleares.
Puede, por ejemplo, ajustar el nivel de generación de energía mediante la recogida de datos en tiempo real relativos a la demanda de electricidad, la meteorología, etc.
Incluso puede optimizar el consumo de combustible mediante el análisis del rendimiento del reactor y el ajuste de los parámetros que condicionan su funcionamiento.
El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) está fomentando la utilización de la IA en las centrales nucleares en operación desde 2021, por lo que presumiblemente poco a poco, y siempre y cuando la regulación lo permita, esta tecnología irá llegando a las instalaciones nucleares en actividad.
Fuente: Foro Nuclear