Estos “nanocables” son súper amables con el medio ambiente.
Microbiólogos de la Universidad de Massachusetts Amherst han encontrado una manera de hacer que cables eléctricos que sean miles de veces más delgados que un cabello humano.
¿El secreto? Nanocables microbianos, o pequeños filamentos proteicos similares a pelos, producidos por bacterias genéticamente modificadas, Geobacter sulfurreducens.
Los investigadores manipularon las bacterias para crear alambres muy finos pero altamente conductores compuestos de aminoácidos naturales.
Reemplazaron dos aminoácidos que se producen de forma natural en la bacteria Geobacter con triptófano, y se encontró que era 2.000 veces más conductor.
También los hicieron más pequeños y más durables, con un diámetro de 1,5 nanómetros (60.000 veces más delgados que un cabello humano).
El Dr. Derek R. Lovley, investigador principal del equipo, dijo que los cables se pueden producir de forma sostenible, ya que están hechos de materiales de bajo costo, siendo un ejemplo el ácido acético, el principal ingrediente del vinagre que puede ser hecho por la fermentación de bacterias.
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Y un buen número de otros posibles usos en nanoelectrónica, tales como pequeños computadores de bacterias que pueden “recibir datos como una señal eléctrica, hacer cálculos, y luego producir una salida eléctrica.”
También podrían ser útiles en sensores médicos, ya que son sensibles a los cambios de pH y pueden monitorear la frecuencia cardíaca o renal.
Los nanocables podrían alimentar corrientes eléctricas a microbios y crear butanol, un combustible más funcionalmente similar a la gasolina que el etanol.
Esto podría producirse en lugares remotos donde es muy caro el transporte de combustible.
Los nanocables también pueden alimentar otros microbios que pueden indicar contaminantes, toxinas o explosivos.
Fuente: Mashable