Unos sorprendentes experimentos sugieren que una señal óptica debidamente sincronizada con las ondas cerebrales de una persona puede promover en ella su capacidad de aprendizaje.
La investigación la han llevado a cabo Zoe Kourtzi, Victoria Leong, Elizabeth Michael y Lorena Santamaria Covarrubias, todas ellas de la Universidad de Cambridge en el Reino Unido.
Las autoras del estudio utilizaron sensores de electroencefalografía (EEG) adheridos a la cabeza para medir la actividad eléctrica del cerebro de 80 participantes en el estudio y tomar muestras de los ritmos de las ondas cerebrales.
El equipo tomó lecturas de ondas alfa.
Esta frecuencia de ondas, el rango medio del espectro de las ondas cerebrales, tiende a ser la dominante cuando estamos despiertos pero relajados.
Las ondas alfa oscilan entre 8 y 12 hercios.
Un ciclo completo dura entre 85 y 125 milisegundos.
Sin embargo, cada persona tiene su propio pico de frecuencia alfa dentro de ese rango.
Las científicas utilizaron estas lecturas para crear un pulso óptico: un cuadrado blanco que parpadeaba sobre un fondo oscuro al mismo tempo que la onda alfa individual de cada persona.
Los participantes recibieron una dosis de 1,5 segundos de pulso personalizado para poner su cerebro a trabajar a su ritmo natural antes de enfrentarse a una tarea que exigía mucha concentración y tomar decisiones con gran rapidez.
La tarea consistía en identificar muy rápidamente formas específicas dentro de un maraña de desorden visual.
Un ciclo de ondas cerebrales consta de un pico y un valle.
Algunos participantes recibieron impulsos que coincidían con el pico de sus ondas, otros con el valle, mientras que otros recibieron ritmos aleatorios o un ritmo incorrecto (un poco más rápido o más lento).
Cada participante repitió más de 800 variaciones de la tarea cognitiva, y las investigadoras midieron lo rápido que mejoraba la gente.
El ritmo de aprendizaje de quienes veían el pulso que tanía el mismo ritmo que sus ondas cerebrales era al menos tres veces más rápido que el de todos los demás sujetos de estudio.
Y se mantenía durante horas.
La hipótesis de las autoras del estudio es que al hacer coincidir la entrega de información con la fase óptima de una onda cerebral, se consigue maximizar la captura de información porque en dichas fases óptimas es cuando las neuronas de la persona están en la cima de su excitabilidad.
Fuente: Cerebral Cortex
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