Se sabe que en la aparición de la diabetes mellitus tipo 2 (DM2) juegan un papel clave factores de riesgo no modificables, como la edad o la genética, y otros que sí pueden modificarse, como los factores ambientales o el estilo de vida.
Ahora, un estudio colaborativo de varios centros españoles, en el que participan investigadores del CIBER de Epidemiología y Salud Pública en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), ha confirmado que algunos biomarcadores en sangre podrían predecir con años de antelación la aparición de diabetes asociada a estilos de vida no saludables.
Así, estos perfiles de metabolitos, detectables hasta una década antes de que surja la enfermedad, permitirían identificar a personas que podrían beneficiarse de un tratamiento intensivo del estilo de vida para prevenir la DM2.
La diabetes mellitus tipo 2 es una enfermedad crónica que afecta a millones de personas en todo el mundo.
Su evolución puede derivar en ceguera, daño en los riñones, alteraciones en la sensibilidad de manos y pies, e incluso amputación de extremidades, entre otras muchas comorbilidades, siendo una de las principales causas de muerte prematura.
La diabetes es una enfermedad silenciosa: cuando se perciben sus síntomas, sed excesiva, cansancio, orinar frecuentemente, la enfermedad puede llevar años desarrollándose.
“Sabemos que la diabetes es una enfermedad relacionada con el estilo de vida y que tiene además un componente hereditario” señala Mario Delgado-Velandía, investigador predoctoral de Epidemiología y Salud Pública en la Universidad Autónoma de Madrid y CIBERESP, primer autor de este estudio.
La dieta, la actividad física, el índice de masa corporal (IMC), el tabaquismo y el consumo de alcohol se han asociado con un mayor riesgo de sufrir la enfermedad.
Sin embargo, queda mucho por avanzar en la comprensión de las vías biológicas que pueden estar influenciadas por los estilos de vida en relación al desarrollo de diabetes.
En este camino, la metabolómica (la determinación de moléculas intermediarias y subproductos del metabolismo) abre una oportunidad única para comprender estos mecanismos, como primer paso para diseñar estrategias orientadas a la prevención precisa de la diabetes tipo 2 con intervenciones centradas en el estilo de vida.
Con este objetivo, el nuevo estudio se centró en evaluar la asociación entre la adherencia a un estilo de vida saludable con los perfiles metabólicos y la incidencia de diabetes tipo 2.
Para ello, se analizaron con un seguimiento de 14 años los datos de un total de 1016 pacientes participantes en el Estudio Hortega (una cohorte representativa de la población de Valladolid), estudiando cómo la mayor o menor adherencia al estilo de vida saludable y la concentración de los metabolitos plasmáticos estaba relacionada con mayor o menor riesgo de DM2.
Así, los investigadores observaron que cambios metabólicos tempranos relacionados con cinco estilos de vida (dieta, actividad física, fumar, consumo de alcohol e índice de masa corporal) podrían conducir a la diabetes tipo 2.
“Los resultados confirman que cuanto más saludable es el estilo de vida menor es el riesgo de diabetes y, lo más importante, que esta relación se explica sustancialmente por los metabolitos asociados al estilo de vida años antes del diagnóstico de diabetes”, explican los coordinadores de este trabajo.
“En el cuerpo humano se producen miles de reacciones químicas a cada momento.
En ellas intervienen pequeñas moléculas (metabolitos), organizadas en cadenas (vías metabólicas).
Nuestros resultados indican que algunas de estas moléculas, como algunos lípidos, ácidos grasos, o los productos del metabolismo de las bacterias que tenemos en el sistema digestivo, explican hasta la mitad de los casos de diabetes que se evitan gracias al estilo de vida saludable” expone María Téllez-Plaza, científica titular del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III.
El manejo de la diabetes tipo 2 se realiza con cambios en el estilo de vida y con medicamentos hipoglicemiantes e insulina, sin embargo, “en la mayoría de los casos el tratamiento no es curativo, y si se diagnostica muy tarde el paciente debe tomar medicación de por vida”, enfatiza Mercedes Sotos-Prieto, epidemióloga de la Universidad Autónoma de Madrid, de la Escuela Chan de Salud Pública de la Universidad de Harvard y del CIBERESP.
Por esta razón, este trabajo es de gran relevancia en el camino hacia la medicina de personalizada de precisión:
“El estudio de los metabolitos permitiría identificar precozmente a los individuos que podrían beneficiarse de intervenciones intensivas personalizadas sobre el estilo de vida para prevenir la diabetes tipo 2, mejorando su calidad de vida y evitando las graves complicaciones de esta enfermedad” resalta la Dra. Sotos-Prieto.
Estos resultados deben ser confirmados en otras poblaciones antes de incluirse en los protocolos de manejo y prevención de la diabetes tipo 2, sin embargo, “sugieren que la determinación de algunos metabolitos puede ayudar a prevenir de esta enfermedad, que es también es pandémica” puntualiza la Dra. Téllez-Plaza.
Fuente: International Journal of Behavioral Nutrition and Physical Activity
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