Investigadores de la Universidad del Sur de Dinamarca y del Instituto de Tecnología Química de Praga, en la República Checa, han conseguido que gotas hechas de alcohol se muevan a través del agua como si tuvieran vida propia.
En el futuro, esas gotas en movimiento podrían servir, por ejemplo, para llevar un medicamento a una parte concreta del cuerpo.
«El sistema en sí es muy simple, pero sin embargo, muestra un comportamiento sofisticado», explica el investigador principal Martin Hanczyc, de la Universidad del Sur de Dinamarca.
El equipo consiguió que gotas de alcohol se muevan de una manera realista a través de laberintos complejos.
Las gotitas pueden ser guiadas a ciertos objetivos, y por lo tanto se pueden utilizar como una tecnología para mover físicamente la química al lugar que se desee.
«Por ejemplo, la gota puede actuar como un lubricante, apuntando a un área que necesita lubricación.
O como portador de química que suelte su contenido en un punto de destino, como saborizante, medicamento, etc», explica Martin Hanczyc.
Pero, ¿por qué se mueven las gotitas? «La sal es el estímulo que las hace moverse.
Se mueven porque el gradiente de sal proporciona un panorama energético diferente.
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Es como tomar una pelota que está en una superficie plana y luego hacer de repente la superficie montañosa.
El balón rodará al punto más bajo. Eso es lo que la gota está haciendo.
Sin un gradiente de sal cada dirección en la que una gota podría moverse es la misma (plana).
Pero con un gradiente de sal procedente de una dirección, la gota puede moverse con energía cuesta abajo hacia allí. Y las concentraciones de sal más fuertes atraerán más la gota», dice Hanczyc.
El sistema se sostiene en que la misma gota puede migrar hacia sales en diferentes posiciones añadidas secuencialmente.
Además, la gotita puede distinguir entre las fuentes de sal de diferente concentración.
El proceso también puede ser controlado por un estímulo de temperatura exterior.
Fuente: ABC