La frecuencia de reloj lo es todo en gaming.
Ese es al menos el argumento de Intel con el anuncio de sus nuevos procesadores Intel Core de 10ª generación, pertenecientes a la familia Comet Lake-S y que se suma a anteriores modelos de las familias U y H.
Si quiere usarlos, eso sí, necesitará nueva placa base.
Entre los nuevos procesadores destaca el Intel Core i9-10900K, la nueva joya de la corona con 10 núcleos, 20 hilos de ejecución y que puede llegar a los 5,3 GHz en dos de sus núcleos.
Hay otras 16 CPUs de sobremesa en esta familia en un arsenal que va más allá con la serie T y que tiene un objetivo claro: enfrentar a esos AMD Ryzen 3000 que le han puesto las cosas muy difíciles a la firma en los últimos tiempos.
En Intel han presentado nada menos que 17 variantes distintas de estos procesadores que parten de los 4 núcleos pero pueden llegar a los 10 en los poderosos Core i9-10900.
Algunos de los procesadores, como los citados i9-10900, cuentan con hasta cuatro variantes.
Dos de ellas sin la GPU integrada (los modelos “F”) y otras dos desbloqueadas para poder hacer overclocking.
Lo mismo ocurre con los Core i7-10700, mientras que los Core i5-10600 cuentan con tres variantes.
En todos los procesadores Comet Lake-S con GPU integrada, esta es siempre la misma: la Intel UHD Graphics 630 que ya habíamos visto en la generación anterior y que ofrece prestaciones decentes.
Aún así, parece que Intel cede aquí protagonismo y espera que precisamente estos micros estén siempre acompañados de una gráfica dedicada.
Aunque desde luego los modelos más llamativos son los Core i9-10900, es importante también echar un vistazo a la parte baja de la tabla con unos Core i3-10100 y unos Core i3-10300 que se postulan como competidores de AMD en esa gama de entrada que cada vez cobra más sentido para gamers con presupuestos más ajustados.
Hay otras buenas noticias en toda la gama: la tecnología Hyperthreading está disponible en todas las CPUs de la familia, dispondremos de hasta 40 pistas PCIe para conexión de periféricos (gráficas, unidades de almacenamiento), y también contamos con soporte de módulos DDR4 de hasta 2933 MHz y un nuevo chipset, el llamado Intel 400 Series que incorpora soporte Thunderbolt 3, conectividad Ethernet 2.5G y Wi-Fi 6.
Los responsables de Intel han querido incidir en un apartado en el que sus procesadores siempre han tratado de destacar.
La frecuencia de reloj llega ahora a nuevos máximos, y estos microprocesadores llegan a los 5,3 GHz gracias a la nueva tecnología Intel Thermal Velocity Boost, que se suma a otras tecnologías y que hacen que en total contemos con hasta cinco límites para la frecuencia de reloj que alcanzan estas CPUs.
Como se puede ver en la tabla, esa tecnología no está disponible para todos los modelos: solo los Core i9-10900 presumen de ella, y es con ella con la que es posible alcanzar los 5,3 GHz en dos de los 10 núcleos de este procesador.
¿Qué núcleos? Precisamente eso es lo que elige esta tecnología, que evalúa los dos que mejor se comportan a lo largo del tiempo para ponerles a trabajar “más duro” cuando se activa esa opción.
En el resto de procesadores hacen uso de la tecnología Turbo Boost y, en los Core i7-10700 de ocho núcleos, la Turbo Boost Max que también permite apretar un poco más esas tuercas.
En estos modelos es posible alcanzar hasta 5,1 GHz en parte de sus núcleos.
Si queremos el modo turbo en todos los núcleos, eso sí, esa frecuencia máxima es 4,7 GHz en el mejor de los casos.
Estos microprocesadores permiten además nuevas opciones de overclocking, con herramientas que permitirán habilitar o deshabilitar el Hyperthreading a cada núcleo por separado o tener control avanzado sobre las curvas de voltaje y frecuencia de reloj.
Para proteger a estos procesadores Intel utiliza un nuevo esquema de aislante térmico y una die más delgada que mejora ese comportamiento térmico.
Acompañando a estos ambiciosos procesadores Intel tenía otras sorpresas preparadas en dos ámbitos distintos.
Para PCs de gama de entrada tenemos los nuevos Pentium y Celeron (estos últimos, dual-core y sin Hyperthreading) con un TDP de 58 W y con prestaciones claramente más modestas para equipos de propósito general y no tanto para el ámbito del gaming.
Junto a ellos están los Comet Lake de la serie T, que como sus antecesores de la anterior generación están destinados sobre todo a equipos de pequeño formato (SFF).
En este tipo de chasis la gestión de la refrigeración es más compleja y hay menos margen de maniobra, así que las prestaciones bajan un poco en el ámbito de las frecuencias de reloj para evitar problemas.
Aún así podemos ver cómo en esa serie tenemos un prometedor Intel Core i9-10900T que puede llegar a los 4,6 GHz a pesar de un reducido TDP de 35W, lo que lo postula como una opción interesante para quienes quieran máximo rendimiento en ese tipo de equipos.
Estos nuevos procesadores aprovechan el citado nuevo Intel 400 Chipset y un nuevo zócalo.
Del tradicional LGA 1151 pasamos al nuevo LGA 1200 que es una versión evolucionada del anterior con dos objetivos claros.
El primero, mejorar la entrega de potencia.
El segundo, preparar previsiblemente el camino para los procesadores Tiger Lake que por fin darán el salto a los 10 nanómetros y que se espera que hagan uso de este zócalo.
Intel presentó dos variantes distintas del chipset.
Por un lado está el Intel H470 Chipset, y por otro el más ambicioso Intel H490 Chipset.
Son prácticamente idénticos en todo, pero este último ofrece más versatilidad a la hora de usar las pistas PCIe 3.0, con las que podremos “jugar” con más combinaciones, usando configuraciones como 1×16, 2×8 y (1×8 + 2×4) pistas dependiendo del diseño de la placa base y de las prestaciones que necesite el usuario.
En estos chipsets contamos por ejemplo con el citado soporte para conexiones Ethernet 2.5G (con velocidades de transferencia que llegan a ser 2,5 veces superiores a las del estándar Gigabit Ethernet, también soportado), soporte para unidades Optane, Wi-Fi 6 o la tecnología opcional Intel Rapid Storage con RAID.
Los precios cubrirán probablemente un amplio rango, pero esto podría suponer un problema para los usuarios, que tendrán que sumar a la inversión del procesador la de la placa base.
Aún así las ventajas que proporcionan estos chipsets son interesantes y esa garantía de permitir actualizaciones futuras son un buen argumento para los potenciales compradores.
Los nuevos Intel Core de 10th generación de la familia Comet Lake-S estarán disponibles a partir del mes de mayo.
Los precios varían según el modelo, y están indicados en dólares (para lotes de 1.000 unidades) en las tablas mostradas.
Fuente: Xataca
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