Científicos han desarrollado un material que permite reemplazar a las placas de yeso que se usan en cerramientos interiores y cielorrasos.
Frente a ellas tiene varias ventajas: menor peso, mayor resistencia y menor absorción de humedad.
El nuevo material es obra de especialistas de la Universidad Nacional del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires (UNNOBA) en Argentina.
El Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INPI) de Argentina ha aprobado este desarrollo de la UNNOBA que podría emplearse en la industria de la construcción.
Es una de las primeras patentes presentadas por la UNNOBA, que obtuvo la aprobación preliminar del INPI y ya fue publicada en el Boletín de Patentes de Invención y Modelos de Utilidad.
El desarrollo surgió del Laboratorio de Ensayos de Materiales y Estructuras (LEMEJ) de la UNNOBA, creado en el año 2014 y ubicado en la ciudad de Junín.
María José Castillo, directora ejecutiva del LEMEJ y prosecretaria de Investigación, Desarrollo y Transferencia de la UNNOBA, contextualiza:
El nuevo material desarrollado por el LEMEJ se origina en el poliestireno expandido, también conocido como “telgopor”.
Alejandro Mateos, quien dirigió el proyecto de investigación, señaló:
“El producto parte de la base de poliestireno expandible que viene, habitualmente, en forma de perlitas muy chiquitas.
Lo que hicimos fue variar el proceso de producción y dosaje hasta llegar a un poliestireno expandido de densidad ultraelevada”.
Castillo recuerda cómo surgió la idea del proyecto de investigación que tuvo como resultado la aprobación preliminar del INPI para una patente de invención:
“A partir de la prestación de un servicio a terceros, para hacer un ensayo y dar una respuesta, nos surgió la idea de que modificando este material a través de diferentes procedimientos, podía obtenerse una aplicación diferente de la que había llegado al LEMEJ.
Cuando vimos las características, nos planteamos la hipótesis de que si lográbamos llevarlo a la ultra alta densidad, podíamos aplicarlo de esta manera en la industria de la construcción”.
Además de servir para embalajes y envases, el telgopor habitual (poliestireno expandido) se utiliza en la industria de la construcción en techos, paredes y pisos por su capacidad aislante (térmica y acústica), lo que permite mejorar la eficiencia energética y mitigar los ruidos de los espacios.
Al variar el proceso de producción y lograr un material con ultra alta densidad, desde el LEMEJ obtuvieron un producto que, además de contar con las propiedades térmicas y acústicas que tenía de por sí el telgopor, contaba también con alta resistencia.
“Esto lo hace susceptible de ser utilizado como material de construcción, por ejemplo, en reemplazo de las placas de yeso para cerramientos de interiores”, explicó Mateos, docente de Materiales en la carrera de Ingeniería Mecánica de la UNNOBA.
En cuanto a las ventajas del material nuevo, Mateos subraya dos: alta resistencia y bajo peso.
“Esa relación entre resistencia y peso es muy importante en la industria de la construcción, porque estamos pensando que es un material que se adhiere o agrega a perfiles o a una estructura de acero, como habitualmente lo hacen las placas de yeso.
Que sea liviano es muy importante porque facilita el armado. Y que sea resistente también, porque permite que el material mantenga su integridad estructural y sea más durable”.
A estas dos ventajas centrales, Mateos les añade otra:
“La absorción de humedad de estas placas es bajísima, a diferencia de las placas de yeso que, cuando absorben humedad, se hinchan y cambian las dimensiones por las que fueron hechas”.
En definitiva, el nuevo producto podrá contribuir en la construcción de cerramientos no portantes (es decir, que no soporten cargas) o cielorrasos de viviendas.
María José Castillo recalca que el proyecto de investigación, íntegramente financiado por la Universidad, surgió en 2019 y continuó en el contexto de la pandemia:
“Había que seguir trabajando y nos propusimos desarrollar un producto que pudiera atender una demanda de la región y de la sociedad en general”.
“Hicimos placas de pruebas con distintas densidades, con variaciones pequeñas del proceso de producción.
Una cosa que analizábamos era la resistencia mecánica, atendiendo a que pudieran cumplir con las normas IRAM para fines constructivos, tal como lo hacen las placas de yeso”, señala Mateos.
Fuente: El Universitario
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