Ingenieros han desarrollado un sistema barato y de arquitectura abierta para detección, segura y en tiempo real, de riesgos nucleares, biológicos y químicos.
Gracias a una estrecha colaboración entre entidades públicas y privadas europeas, se ha logrado desarrollar un sistema modular barato de detección de riesgo nuclear, biológico y químico (también conocido por sus siglas “riesgo NBQ”) basado en soluciones de hardware libre, integrable a la Internet de las Cosas.
El Instituto de Microelectrónica de Barcelona (IMB), dependiente del Centro Nacional de Microelectrónica (CNM) y este a su vez del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en España, ha colaborado en el desarrollo de este dispositivo, el primero de estas características que ha sido aprobado para norma por la CENELEC (Comité Europeo de Normalización Electrotécnica), el organismo europeo responsable de las normas de productos eléctricos y electrónicos.
Esta tecnología, desarrollada dentro del proyecto Nest, consiste en un sistema de “sensores integrado a un software de alerta que permite el intercambio en directo de información entre diferentes agentes”, explica Manuel Lozano, coautor del estudio.
“El sistema lanza alertas específicas según el tipo de riesgo y ayuda a una rápida resolución en directo.
Sus rasgos distintivos frente a otros productos en el mercado son su arquitectura abierta, asegurada mediante una propuesta de norma CENELEC, bajo costo, flexibilidad y facilidad de expansión. Está abierto a poder conectar sensores de cualquier tipo desarrollados por terceros”, agrega Lozano.
El objetivo del sistema es convertirse en el estándar para un sistema europeo de sensores, cuya primera fase se ha cumplido gracias a la aprobación como CEN Workshop Agreement (CWA), documento de referencia de CENELEC.
Los riesgos NBQ son una problemática creciente en las sociedades actuales y su detección es una prioridad para la prevención de amenazas, tanto de origen natural como artificial.
La iniciativa, que ha unido a entidades de Alemania, Polonia, Portugal y España, ha finalizado con un prototipo de sistema de detección y gestión de amenazas.
Se ha ensayado en simulaciones de alerta terrorista en un hotel (en el Hotel Atiram, en Barcelona), un tren (en Lisboa, con la colaboración de la empresa Comboios de Portugal) y un campo de fútbol (del equipo Lech Poznan, en Polonia).
El IMB se ha encargado de la implementación y la integración del detector de radiación, que emplea microelectrónica sensible a la radiación. Todo ello en la Sala Blanca de Micro y Nanofabricación del CSIC
Este detector “es un sensor pasivo, muy sensible a los cambios en el ambiente y muy barato gracias al uso de microtecnologías”, apunta Esteve Amat, investigador del IMB que colabora en el proyecto.
Otra fortaleza del proyecto ha sido el desarrollo de un planteamiento ético en torno a su uso en casos reales.
Sara Degli-Esposti, del Instituto de Filosofía (IF) del CSIC, participó en calidad de asesora de ética.
“El proyecto ha tenido en cuenta consideraciones éticas en todo el desarrollo de la tecnología, como el respeto a la dignidad humana y la intimidad, a la protección del medioambiente y la salud de los trabajadores”, indica Degli-Esposti.
Fuente: Noticias de la Ciencia
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