Ingenieros han inventado paneles solares tan delgados como el papel que pueden ser colocados fácil y rápidamente sobre cualquier superficie para así convertirla en una fuente de energía eléctrica.
Y también han desarrollado una técnica para fabricar a escala industrial tales paneles solares.
El logro es obra de un equipo que incluye a Vladimir Bulović, Mayuran Saravanapavanantham y Jeremiah Mwaura, los tres del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en Estados Unidos.
Estas células solares duraderas y flexibles, mucho más finas que un cabello humano, están pegadas a un tejido resistente y ligero, lo que facilita su instalación en una superficie fija.
Pueden proporcionar energía en estructuras fijas o en objetos móviles.
Estos nuevos paneles solares pueden transportarse e instalarse rápidamente en lugares remotos para prestar ayuda en situaciones de emergencia.
Pesan una centésima parte que los paneles solares convencionales, generan 18 veces más energía por kilogramo y se fabrican con tintas semiconductoras mediante procesos de impresión que pueden adaptarse a la fabricación de grandes superficies.
Al ser tan finas y ligeras, estas células solares pueden imprimirse sobre superficies muy diversas.
Por ejemplo, podrían integrarse en las velas de un barco para suministrar energía eléctrica en alta mar, adherirse a tiendas de campaña y lonas usadas en operaciones de primeros auxilios ante catástrofes, o aplicarse a las alas de drones para ampliar su autonomía de vuelo.
Suele darse mucha importancia a la eficacia de conversión de la energía solar en eléctrica, pero resulta igual de importante, o incluso más en algunos casos, la facilidad con que los paneles solares pueden instalarse y su adaptación a cualquier tipo de superficie.
En estas nuevas células solares se ha apostado por esta segunda opción.
Fuente: Small Methods