Científicos han descubierto que pequeños cambios en las señales del GPS podrían permitirnos predecir grandes terremotos con aproximadamente dos horas de anticipación, una nueva forma de mitigar los desastres que podría salvar vidas.
El equipo analizó los datos de GPS de 90 grandes terremotos, de magnitud 7 o superior, y encontró evidencia de una fase anterior en la que las líneas de falla de las placas tectónicas comienzan a deslizarse, lo que eventualmente resulta en poderosos temblores.
Si bien hemos encontrado formas de predecir la erupción inminente de volcanes, los terremotos siguen siendo notoriamente difíciles de anticipar.
“La existencia de una fase precursora observable de deslizamiento en la falla antes de los grandes terremotos se ha debatido durante décadas”, escriben los investigadores de terremotos de la Université Côte d’Azur Jean-Mathieu Nocquet y Quentin Bletery en un nuevo artículo sobre la investigación.
Los esfuerzos anteriores no han podido predecir con precisión los grandes terremotos, en gran parte debido al hecho de que no comprendemos completamente la conexión entre estas señales y la actividad sísmica real.
Muchas de estas señales “no preceden directamente a los terremotos, no se ven antes de la mayoría de los eventos y también se observan comúnmente sin ser seguidos por terremotos“, se lee en el documento.
Pero al analizar los deslizamientos observados en los datos de GPS tomados por unas 3.000 estaciones en todo el mundo, los dos investigadores encontraron una “aceleración exponencial del deslizamiento antes de las rupturas” de aproximadamente dos horas de duración, lo que sugiere que los grandes terremotos comienzan con una fase precursora del deslizamiento.
En otras palabras, es posible que nos hayamos topado con una forma confiable de avisar a los residentes con bastante anticipación.
“Si se puede confirmar que la nucleación de terremotos a menudo implica una fase precursora de una hora, y se pueden desarrollar los medios para medirla de manera confiable, se podría emitir una advertencia preliminar“, escribió el sismólogo Roland Bürgmann de la Universidad de California, Berkeley.
Pero aún se necesita más investigación hasta que podamos decir con confianza que hemos descubierto una nueva forma de predecir el próximo gran terremoto.
Por un lado, todavía no estamos del todo seguros de si realmente podríamos medir estos deslizamientos de precursores para “proporcionar una advertencia útil”, como argumentó Bürgmann.
“Será importante explorar a fondo con qué frecuencia ocurren episodios similares de deslizamiento lento como comienzos en falso, sin ser seguidos por terremotos“.
No obstante, los datos podrían resultar útiles si “se integran en los sistemas automatizados de alerta temprana de terremotos“, agregó.
Fuente: Science
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