Uno de los grandes retos sanitarios de este siglo es diseñar estrategias contra las bacterias resistentes a antibióticos, el tratamiento con plasma emerge como una posible alternativa terapéutica.
En ese sentido, hay dos alternativas terapéuticas que vienen pisando fuerte en los últimos años. Por una parte, los bacteriófagos, usados primero en la Unión Soviética y cuyas aplicaciones clínicas están siendo comprobadas por investigadores occidentales.
Estos virus de bacterias suponen un tratamiento muy eficaz y que, en principio, presenta pocos efectos secundarios.
Por otra parte, en los últimos años se está investigando la eficiencia del tratamiento con plasma, con el objetivo de eliminar estas bacterias resistentes, que podrían provocar en el futuro infecciones mortales.
Esta alternativa pretende transformar el uso de este desinfectante químico, para que pueda ser utilizado de manera común en los centros médicos.
Su aplicación en los hospitales no sería, sin embargo, del todo novedosa. Y es como explican los científicos de la Ruhr-Universität, el plasma ya es usado en intervenciones quirúrgicas en las que se han de extraer pólipos nasales o intestinales.
If you’re having some health-related problems like renal failure or heart disease. viagra cialis india Thus, maintain your oral buy cheap levitra health to save your erections. 6. May be it only needs simple lifestyle changes like quitting smoking, losing weight and drinking less alcohol. prescription cialis on line Some surveys have shown that at least one in cheap cialis five men suffer from different variations of erectile dysfunction. El equipo liderado por Julia Bandow avisa del “peligro que supondría la cirugía del futuro sin antibióticos, ya que las tasas de infección sería elevadísima”.
Ahora este grupo de científicos ha analizado cómo el tratamiento con plasma consigue eliminar a este tipo de bacterias. Su mecanismo de acción se dirige principalmente a tres estructuras de estos microorganismos: la envoltura celular, las proteínas y su ADN.
Su trabajo, publicado en la prestigiosa revista Journal of the Royal Society Interface, ha conseguido estudiar el efecto de los fotones UV y de las partículas reactivas sobre las bacterias. La radiación consigue dañar el ADN, mientras que la acción de las segundas partículas se dirige principalmente contra la envoltura y las proteínas de los microorganismos.
El tratamiento con plasma a presión atmosférica, por tanto, podría tener una aplicación médica más o menos inmediata en los hospitales, además del uso que ya tiene en algunos tipos de intervenciones quirúrgicas.
En diez años, las bacterias podrían hacerse totalmente resistentes a los tratamientos antibióticos actuales, por lo que la búsqueda de alternativas terapéuticas se hace obligatoria si queremos proteger la salud a nivel mundial.
Fuente: ALT1040