Una investigación reciente indica que muchos recuerdos que parecen olvidados definitivamente en realidad no han desaparecido todavía del cerebro y sería factible restaurarlos por medios artificiales.
Esta línea de investigación brinda un rayo de esperanza a pacientes en las primeras etapas de la enfermedad de Alzheimer.
Durante décadas, la mayoría de los neurocientíficos han creído que los recuerdos a largo plazo se almacenan en las sinapsis (las conexiones entre las células cerebrales, concretamente neuronas), las cuales son destruidas por la enfermedad de Alzheimer.
El nuevo estudio, llevado a cabo por el equipo de David Glanzman, de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), Estados Unidos, proporciona pruebas que contradicen la idea de que la memoria a largo plazo reside en las sinapsis.
Glanzman admite que lo planteado en el nuevo estudio es una idea radical, pero enfatiza que eso es lo que indican las evidencias encontradas.
Todo apunta a que si se restauran las conexiones sinápticas, el recuerdo volverá a ser accesible.
La restauración necesaria no sería tarea fácil, pero es factible en opinión de los autores del estudio.
Los experimentos sobre conservación de recuerdos de situaciones de peligro llevados a cabo por el equipo de Glanzman sobre babosas marinas del género Aplysia han producido resultados sorprendentes, que sugieren que los recuerdos no están almacenados en las sinapsis sino en alguna otra parte, quizá en el núcleo de las neuronas.
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Las babosas marinas del género Aplysia son muy útiles para investigaciones neurológicas porque su cerebro tiene bastantes cosas en común con los de muchos otros animales, incluyendo al Ser Humano, pero cuenta solo con unos miles de neuronas, lo que facilita mucho la labor de averiguar para qué sirve cada parte del cerebro y cómo interactúan entre sí las neuronas.
Mucho más difícil es explorar el cerebro humano, ya que suele poseer una cifra de neuronas que se ha estimado en alrededor de 1 billón (1 millón de millones) de neuronas, cada una de las cuales posee varios miles de sinapsis.
Glanzman cree que esta línea de investigación por la que él y sus colegas avanzan podría proyectar un rayo de esperanza para las personas con la enfermedad de Alzheimer.
Se sabe que dicha enfermedad destruye las sinapsis en el cerebro, pero, a la luz de los nuevos hallazgos, eso quizá no implique que los recuerdos se destruyan de manera irrecuperable.
Si se confirma que los recuerdos se almacenan en los núcleos de las neuronas, entonces, mientras estas vivan, el recuerdo estará todavía allí, lo que significa que las personas en las etapas iniciales del mal de Alzheimer podrían recuperar algunos de los recuerdos olvidados.
En las fases posteriores, por desgracia, las neuronas mueren, lo que significa muy probablemente que los recuerdos entonces sí se destruyen de manera irremediable.
Fuente: Noticias de la Ciencia