Quieren convertir un asteroide en una estación espacial

Quieren convertir un asteroide en una estación espacial

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El plan apunta a poder transformar un asteroide en apenas 12 años y con un presupuesto reducido para albergar millones de personas en el espacio.

Los astrónomos llevan mucho tiempo obsesionados con la idea de vivir fuera de la Tierra.

Construir una estación espacial, sin embargo, es un proyecto de gran envergadura y muy costoso.

Hace falta mucho material, que cuesta una gran inversión llevar al espacio; e incluso, una vez construido y con la posibilidad de cobijar a millones de personas, por ejemplo, los habitantes espaciales tendrían que lidiar tanto con la radiación cósmica como con la baja gravedad. ¿Cómo solucionarlo?

Un nuevo trabajo pendiente de revisión por pares muestra la solución a estos tres grandes problemas: costo, radiación y gravedad.

El desenlace de este conflicto pasaría por utilizar un asteroide como base para la futura estación espacial; es más, la estación se ubicaría dentro del asteroide.

David W. Jensen, miembro técnico retirado de Rockwell Collins es el responsable de un artículo de 65 páginas en el que detalla un plan fácil de entender, relativamente económico y factible para convertir un asteroide en un hábitat espacial.

El análisis de Jensen abarca tres secciones principales: la elección del asteroide, la selección del estilo de hábitat y la estrategia de la misión, que implica seleccionar herramientas robóticas apropiadas.

Pasos a acometer

Paso 1: seleccionar el asteroide correcto: las consideraciones para esta parte incluyen de qué está hecho el asteroide, su proximidad a la Tierra (y “delta-V”, es decir, cuánta energía se necesita para alcanzarlo) y su tamaño general.

El asteroide debería ser lo suficientemente grande como para proporcionar amplio espacio habitable y recursos a sus habitantes.

También debería tener una órbita estable y estar ubicado lo suficientemente cerca de la Tierra para facilitar el acceso.

Paso 2: minar el asteroide: momento de extraer recursos del asteroide; esto incluye la extracción de minerales, agua, y metales que pueden usarse para la construcción y otro tipo de menesteres.

El proceso de minería también se podría llevar a cabo gracias a equipos robóticos que se pueden controlar de forma remota desde la Tierra, comenta Jensen en su estudio.

Paso 3: construir el hábitat: utilizando componentes modulares que se pueden ensamblar en el espacio.

Los componentes se pueden transportar al asteroide mediante naves espaciales.

El experto sugiere agregar varios pisos a la estructura, aumentando dramáticamente el espacio habitable en todo el hábitat y la mejor forma para ello sería un toroide.

Paso 4: crear un entorno sostenible: el ambiente debe proporcionar suministros adecuados de aire, agua y alimentos, así como con un sistema para reciclar residuos y generar energía.

La órbita del asteroide elegido es estable en la “zona Ricitos de Oro” de nuestro sistema solar, lo que ayudaría a estabilizar la temperatura interna del hábitat.

Paso 5: prueba y refinamiento: una vez que esté construido, llega el momento de realizar pruebas y perfeccionar la estación para garantizar que sea segura y funcional.

Hay que resolver cualquier incidencia que pueda ser perniciosa para los colonos espaciales antes de que se habite el asteroide.

Paso 6: mudanza: una vez que el hábitat ha sido probado y refinado, está listo para ser habitado.

Los habitantes pueden ser astronautas, científicos o incluso civiles interesados en vivir en el espacio.

Tal y como expone Jensen en su plan, el hábitat se puede utilizar para investigación, turismo o incluso como residencia permanente.

El científico expone que lo más importante es que, gracias a los robots autorreplicantes, el asteroide se convertiría en una estación espacial en sólo 12 años (es un plazo relativamente corto para un proyecto tan ambicioso) y por apenas 4.100 millones de dólares.

Esto supone un costo total de 4,10 dólares por metro cuadrado (en el espacio).

Por el momento, el asteroide seleccionado sería 163693 Atira, un objeto cercano a la Tierra que nunca cruza la órbita de nuestro planeta.

Tiene 4,8 kilómetros de ancho y está hecho de piedra. Es un sistema binario; tiene una luna, un objeto secundario de aproximadamente 1 kilómetro.

Si este plan atrajera a cuentas multimillonarias como Jeff Bezos, Elon Musk u otros -que ya han mostrado lo suficiente su interés en la exploración espacial, este impresionante proyecto podría ver la luz en un futuro.

Fuente: arXiv

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