Su batería de doble celda cuenta con una capacidad de 4.600mAh y promete cargarse en menos de 10 minutos.
Promete cargarse al 20% en menos de un minuto y medio, en 4 minutos al 50%, y en 9 minutos y medio al 100%.
Según promete Realme, han diseñado el sistema para que no afecte a la longevidad de la batería.
El smartphone puede realizar 1600 cargas completas manteniendo el 80 % de la capacidad de la batería.
El diseño también es bastante llamativo, tiene una pequeña “ventana” en su parte trasera que deja ver parte de su interior, todo ello recubierto con un LED bastante llamativo para resaltar más aún este acabado.
El LED es RGB, por lo que será configurable y cambiará de color conforme usemos el dispositivo.
El resto de specs se componen de un Snapdragon 8+ Gen 1, acompañado de hasta 1 TB de almacenamiento y 16 GB de RAM.
El panel es 1.5K, con tecnología AMOLED, 144 Hz de tasa de refresco y una tasa de muestreo de 1.500Hz.
Esto debería disparar la fluidez en videojuegos y convertirlo en uno de los teléfonos más ágiles del mercado.
Cuenta con lector de huellas bajo la pantalla.
La cámara parece pasar a un segundo plano, con 50 megapixeles en el sensor principal y otros dos de tan solo 8 (ultra gran angular) y 2 megapixeles (microscopio).
El teléfono aterriza con Android 13, por lo que llega actualizado.
Este teléfono parte, en su versión base de unos 440 euros al cambio.
Si nos parece demasiada carga rápida, contamos con una versión de 150W (cifra que ya de por sí es altísima).
Fuente: Andro4all