Un interesante proyecto del Centro Australiano de Robots del Campo de la Universidad de Sydney (Australia) ha puesto, precisamente, ese enfoque en este sector tan tradicional.
La automatización de los procesos industriales no es un fenómeno nuevo.
Desde hace décadas, los sectores más arraigados en las sociedades avanzadas y las nuevas empresas han basado su crecimiento en la robotización y mecanización de algunas de sus tareas.
Y ello ha permitido un ahorro importante de costos al tiempo que se contribuía al bienestar del trabajador.
Con la implosión de los nuevos avances en inteligencia artificial, el futuro de la economía empieza a emerger en la figura de robots de todo tipo.
La agricultura, además, ha sido uno de los sectores donde más impacto ha tenido estos avances.
El campo ha venido incorporando numerosos avances tecnológicos, al que deben sumarse la nueva hornada de robots capaces de recoger la fruta directamente del árbol con la misma precisión y sensibilidad de la mano humana.
Un interesante proyecto del Centro Australiano de Robots del Campo de la Universidad de Sydney (Australia) ha puesto, precisamente, ese enfoque en este sector tan tradicional.
Y disponen de varias propuestas curiosas que tienen como misión recolectar productos alimenticios de manera rápida y efectiva.
Y con el añadido de estar permanentemente trabajando.
Algunos de sus robots, por ejemplo, funcionan por alimentación solar.
Unas células fotovoltaicas permiten hacerlos funcionar en campos agrícolas y cultivos de árboles.
Así, prototipos llamados Rippa o Ladybird permiten emplear tecnologías autónomas para tomar decisiones rápidamente en fincas de alta densidad.
Robots granjeros de gran precisión.
Uno de los más curiosos es una máquina que puede coger una pieza de fruta de un árbol y, sin dañarla, depositarla directamente en una caja para su almacenaje.
Pero, además de esta tarea, está programado para «aprender» del estado de los productos, distinguiendo, incluso, si está o no madura.
Además de recolectar, el centro dispone de robots preparados para fumigar, arar la tierra o gestionar el ganado.
El centro pretende lanzar el próximo año versiones comerciales de sus robots.
Es un proyecto muy ambicioso y más teniendo en cuenta que el mercado global de Robotics e Inteligencia Artificial crece globalmente a 7 billones de dólares en 2018 y está previsto que llegue a más de 26 billones de dólares en el año 2023.
Son muchas las empresas implicadas en este sector.
Una de ellas, Small Robot Company, ha empezado a distribuir máquinas más productivas y autónomas que podrían decir adiós en los próximos años a los clásicos tractores.
Ante el escaso interés de los trabajadores en desempeñar tareas propias de la agricultura en las últimas décadas, hay iniciativas, incluso, que han conseguido cultivar y cuidar lechugas por robots.
Un escenario que se irá repitiendo en un futuro muy cercano.
Fuente: ABC