El robot impulsado con gas propano da paso a la especialización de la mano de obra en otras áreas.
La empresa estadonidense Construction Robotics desarrolló un robot llamado SAM100 capaz de colocar 300 ladrillos por hora con una alineación perfecta, moviéndose a la par que otros operarios de la obra.
“Tomamos conocimientos de robótica y automatización por control numérico para crear a SAM100, un robot que se puede mover a través de un andamio para pegar ladrillos”, apuntó.
El robot, con un costo de medio millón de dólares, consiste en un pequeño vehículo que funciona con gas propano, un sistema de alimentación de ladrillos, un brazo robótico, un inyector de concreto y una batería de sensores láser.
Estos sensores operan coordinados con una computadora que le permiten colocar ladrillos de acuerdo con patrones prestablecidos con un software creado por la empresa, y que puede usar los ladrillos como pixeles y diseñar todo tipo de patrones en la pared en dos y hasta tres dimensiones.
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SAM100, cuyo nombre proviene de las palabras Semi-Automated Mason, lleva un registro individual de los ladrillos colocados en una base de datos, por lo que en caso de que se registre una falla estructural puede identificar el ladrillo defectuoso.
También posee una serie de sensores y mecanismos de seguridad que impide que el robot pueda dañar a un ser humano.
De hecho, SAM100 todavía requiere la ayuda de un técnico que supervise su desempeño, así como de una persona que lleve los ladrillos al sistema alimentador.
El propósito es dejar el trabajo duro a las máquinas y que los operarios se dediquen a labores más especializadas.