Es comprensible que para algunos usuarios un móvil con este diseño sea algo anacrónico y fuera de lugar, pero este es uno de esos productos que adquieren sentido cuando lo tiene en la mano.
Su factor de forma cuando está desplegado es muy similar al de un smartphone convencional, pero gracias a la presencia de la bisagra y el panel AMOLED flexible podemos reducir su tamaño a la mitad y metérnoslo en el bolsillo con comodidad.
Esta característica es la que le permite marcar la diferencia. La que da valor a un dispositivo como este.
Es un terminal equipado con una pantalla de 6,7 pulgadas que ocupa solo 86,4 x 72,2 mm.
Ni siquiera su grosor es exagerado cuando adopta esta configuración (mide apenas 17 mm).
En cualquier caso, esto no es lo único que nos ofrece.
También tiene otras funciones que no son posibles en los teléfonos móviles convencionales debido a que Samsung las ha implementado, precisamente, alrededor de su capacidad de ser plegado.
Este smartphone no es ni mucho menos el hermano pequeño del Fold3. Tiene su propia identidad.
Samsung presume de haber utilizado en la fabricación de los elementos metálicos de este smartphone un aluminio un 10% más resistente que el que ha empleado en sus anteriores móviles prémium.
Además, el vidrio que recubre buena parte del recinto del terminal es de tipo Gorilla Glass Victus (es el más avanzado que tiene Corning actualmente), por lo que se le presupone una resistencia convincente a los golpes y las abrasiones.
La bisagra podría ser fácilmente el talón de Aquiles de este terminal si nos ceñimos a su fiabilidad debido a que podría adolecer de desgaste mecánico derivado del uso frecuente, pero los responsables de Samsung aseguran que su longevidad no se verá en absoluto limitada por este componente si la comparamos con la de un teléfono móvil convencional.
Las cámaras están muy bien integradas en la parte trasera de este smartphone. No hay ninguna protuberancia.
Eso sí, incorpora solo dos cámaras: la principal y la ultra gran angular. Carece de teleobjetivo.
Ambas están asociadas a un sensor de 12 megapixeles, pero el de la cámara principal tiene fotorreceptores de 1,4 µm, y el de la unidad ultra gran angular recurre a fotodiodos de 1,12 µm.
Uno de los componentes que permiten a este móvil desmarcarse de los smartphones convencionales es la pequeña pantalla Super AMOLED que queda expuesta junto a las cámaras traseras cuando lo tenemos plegado.
Esta pantalla es más amplia que la del Flip original (ha pasado de 1,1 a 1,9 pulgadas), y también tiene más resolución (salta de 112 x 300 puntos a 260 x 512 puntos), aunque su incremento de tamaño provoca que su densidad de puntos por pulgada sea la misma.
Samsung nos permite personalizar la información a la que podemos tener acceso a través de esta pequeña pantalla cuando el móvil está plegado, y nos propone usarla para leer las notificaciones, ejecutar widgets, acceder rápidamente a algunos parámetros de configuración (como, por ejemplo, el control del brillo de la pantalla) o llevar a cabo pagos con el smartphone de una forma cómoda y rápida sin necesidad de desplegarlo.
Cuando desplegamos este smartphone y nos ceñimos a su pantalla principal se transforma en un móvil convencional.
Nos permite hacer todo lo que podemos llevar a cabo en cualquier otro terminal con Android.
Y, como cabe esperar, incorpora la herramienta App Pair de Samsung para vincular apps y la barra Edge para permitirnos dividir la pantalla en dos secciones y mantener en primer plano simultáneamente dos aplicaciones.
El panel de la pantalla principal del Flip3 es de tipo Dynamic AMOLED 2X y tiene resolución Full HD+ (2640 x 1080 puntos).
Los smartphones plegables no son dispositivos decididos a tener un gran impacto comercial. Al menos no aún.
El Galaxy Z Flip original con 8 GB de RAM y 256 GB de almacenamiento interno tiene un costo oficial de 1500 euros, lo que lo coloca indudablemente fuera del alcance de buena parte de los usuarios.
Es incluso más caro que los teléfonos móviles top de la mayor parte de las marcas.
Sin embargo, este nuevo Flip3 llega a las tiendas con un precio oficial de 1049 euros con 8 GB de RAM y 128 GB de almacenamiento interno.
No es en absoluto un móvil barato, pero es sensiblemente más económico que el modelo original, y, además, queda alineado con la mayor parte de los terminales prémium.
Fuente: Hipertextual
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