Samsung presenta su teléfono Galaxy S10 5G

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El Samsung Galaxy S10 5G es la variante más ambiciosa y cara de la familia y acompaña a los Samsung Galaxy S10, Galaxy S10+ y Galaxy S10e. Lo hace no obstante con una novedad fundamental: la conectividad 5G.

En realidad hay varias diferencias más para este modelo tan especial que crece en dimensiones, en diagonal de pantalla, en número de cámaras (nada menos que cuatro en la trasera y tres en el frontal), y hasta en batería.

La familia S10 es desde luego la más ambiciosa de Samsung, pero con el Galaxy S10 5G parecen haber querido lanzar un producto prácticamente sin limitaciones y que sea más un vistazo al futuro que un producto para el usuario actual.

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Eso se nota en un diseño que sigue la línea de sus hermanos menores con una pantalla curva sin marcos que no obstante crece en tamaño: pasamos a las 6,7 pulgadas.

Aquí Samsung vuelve a hacer uso de de los agujeros en el frontal para las cámaras integradas en esta parte, nada menos que tres.

Precisamente ese es el apartado en el que se nota uno de los cambios más llamativos del S10 5G.

Pasamos de tres a cuatro cámaras en la parte trasera y se mantienen las tres cámaras del S10+ en el frontal, pero el sensor de 8 MP de este modelo se sustituye con una cámara hQVGA que se usa como sensor de profundidad para 3D y realidad aumentada.

Estamos hablando, claro, de esas cámaras ToF (Time of Flight) que cada vez se están poniendo más de moda.

Su aplicación a ámbitos como la citada realidad aumentada es evidente, y será interesante ver cómo anima Samsung este ámbito.

De hecho ese es el mismo sensor que Samsung coloca también en la parte trasera y que se añade al trío de sensores del Galaxy S10 y del S10+: la propuesta es por tanto aún más completa que en estas variantes en el aspecto fotográfico.

El mayor tamaño diagonal también permite que la batería crezca en capacidad, llegando ahora a los 4.500 mAh.

Curiosamente en memoria y almacenamiento no es el más capaz de la familia: su configuración cuenta con 8 GB de RAM y 256 GB de capacidad.

Es extraño pero esa capacidad no es ampliable, algo que sí se puede hacer en el resto de modelos de la familia gracias a la ranura Micro SD.

Los 256 GB de capacidad por tanto son nuestra única opción, y es una cifra casi modesta si la comparamos con esas capacidades nativas de hasta 1 TB del Galaxy S10+.

El factor diferencial de este modelo es sin duda su soporte de redes 5G.

Ese soporte es especialmente llamativo porque salvo raras excepciones a día de hoy no es posible aprovechar esa conectividad dado que las redes 5G aún no están activas por parte de las distintas operadoras.

Este 5G estará alimentado por un chip Qualcomm Snapdragon 855.

Aún así está claro que esa opción es toda una novedad tecnológica de la que poder presumir.

Puede que la implantación de este tipo de redes aún tarde meses, pero en Samsung ya garantizan contar con un terminal preparado para aprovechar la conectividad 5G.

Los esfuerzos por prepararse para esa revolución vienen de lejos, y la empresa surcoreana ya hizo una operación llamativa el pasado otoño al adquirir la empresa española Zhilabs especializada en inteligencia artificial y 5G.

Las ventajas de las redes 5G son evidentes en apartados clave como la latencia, pero también en el consumo de energía o la velocidad.

Su convivencia con las redes actuales es también fundamental para esa progresiva transición, pero es evidente que los beneficios para los usuarios serán importantes.

A pesar de que no es la primera vez que vemos un lector de huellas integrado en la pantalla, sí lo es de uno que se autoproclama a sí mismo como “ultrasónico”.

Eso viene a significar que ahora el sensor es capaz de, a través del panel, realizar una mapeo en tres dimensiones de la huella del usuario y, de esta forma, ejecutar un escaneo mucho más profundo del mismo.