Unos investigadores han demostrado que la conductancia del ADN puede ser modulada a base de controlar su estructura, abriendo de la posibilidad de su uso como interruptor electromecánico para una modalidad de computación, a nanoescala.
Frozen Ark es el nombre de un proyecto que pretende salvar el patrimonio genético (ADN) de las especies que, sin duda alguna, están desapareciendo en este momento a lo largo y ancho de nuestro planeta.
Sus pequeños genes están a punto de ocupar mucho más espacio. En los próximos 10 años, los datos genéticos podrían generar entre 2 y 40 exabytes por año, como mínimo, que es de más de dos millones de veces lo que puede sostener su computador personal.