Gracias a la aparición de la electrónica imprimible, los dispositivos de almacenamiento digitales podrían muy pronto estar en más objetos que los dispositivos electrónicos, incluyendo envases de alimentos, frascos de pastillas e incluso ropa.
La idea es fascinante: si se necesitara solo un átomo o pequeña molécula para toda una unidad de datos (un cero o un uno, en el caso de la tecnología digital binaria), se podrían almacenar cantidades masivos de datos en la cantidad más pequeña de espacio.
Un equipo de investigadores del Instituto de Energía Solar de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) (España) están desarrollando un novedoso sistema que permite almacenar energía en silicio fundido, el elemento más abundante de la corteza terrestre.