La invención reciente de unas asombrosas tintas abre las puertas de una nueva era en la que cualquiera podrá construir sensores, en cualquier lugar, incluyendo médicos en la clínica, pacientes en su casa, y policías y soldados allá donde pueda haber explosivos o sustancias para la guerra química.
Scribble Pen es un bolígrafo que es capaz de retener hasta 100.000 diferentes tonos de color en su memoria, mientras que al mismo tiempo es capaz de reproducir hasta 16 millones de colores únicos, y sí, todo en un solo dispositivo.
Anteriormente hemos visto proyectos que ofrecen una manera sencilla de crear objetos tridimensionales a mano alzada, pero el calor y el olor del plástico derretido no siempre es bien recibido, como alternativa, aparece CreoPop, un bolígrafo que utiliza “tinta 3D”, tratada con luz ultravioleta.