Un equipo de investigadores del Centro Nacional para la Investigación Científica (CNRS) de Francia ha logrado explicar cómo es posible caminar sobre el agua, en ciertas condiciones: la clave está en un equilibrio de fuerzas.
Para muchas aplicaciones, como dispositivos biomédicos, mecánicos o de vigilancia medioambiental, aprovechar la energía de pequeños movimientos podría proporcionar un suministro energético modesto pero durante toda la vida útil del dispositivo.
Un equipo de investigadores chinos ha desarrollado un papel basado en óxido de grafeno que se dobla, camina y gira en esquinas por sí mismo, en respuesta a cambios de temperatura.