Uno de los peores efectos secundarios del tratamiento del cáncer es el daño inadvertido que causa en el sistema gastrointestinal (GI), que produce náuseas, vómitos y diarrea.
Al combinar diferentes linajes de células tumorales genéticamente modificados, científicos de la ciudad de Campinas (en el estado de São Paulo, Brasil) obtuvieron resultados prometedores con ratones en el tratamiento de tumores.