Una esponja de nanotubos de carbono es biocompatible con el tejido de la corteza cerebral y, además, capaz de conectar dos trozos de médula, según se desprende de una investigación reciente.
Un proceso de filtración simple pero ingenioso ha ayudado a unos investigadores a crear películas flexibles del tamaño de una oblea hechas de nanotubos de carbono de pared única, altamente alineados y muy juntos entre sí.
Muchos de los dispositivos móviles que inundan hogares y centros de trabajo funcionan gracias a baterías recargables denominadas de ion de litio. Sin embargo, a pesar de su eficiencia, estas baterías pueden tener los días contados.
Investigadores han descubierto una nueva forma de estructura de carbono, llamado Q-carbono, que es más duro que el diamante y permite versiones artificiales de la piedra preciosa a temperatura y presión ambientes.