En la búsqueda en curso de alternativas renovables abundantes a los combustibles fósiles, los científicos han producido hidrógeno para celdas de combustible a través de fotosíntesis artificial, que divide el agua en hidrógeno y oxígeno.
El equipo de Amin Salehi-Khojin, de la Universidad de Illinois en Chicago, Estados Unidos, ha modificado una célula solar potencialmente revolucionaria que convierte de forma barata y eficiente el dióxido de carbono atmosférico en combustible de hidrocarburos utilizable por motores ya existentes.