Crear el prototipo de un nuevo dispositivo sin una fábrica a su disposición consume tiempo y es caro. A menos que la impresora Squink se haga realidad. Permite imprimir sus propias tarjetas de circuitos funcionales utilizando tinta conductora y pegamento.
Un circuito impreso basado en el cerebro humano se ha desarrollado en la Universidad de Standford y tiene como objetivo mejorar la velocidad y complejidad con la que se controlan las prótesis.
Fue hace poco menos de dos años que científicos crearon circuitería electrónica estirable; ahora, investigadores belgas han llegado con un circuito de óptico flexible que transporta las señales de luz incluso cuando se estira.
Investigadores del Swiss Federal Institute of Technology han desarrollado un circuito super delgado, tan flexible que puede funcionar alrededor de un cabello humano o sobre un lente de contacto.