Científicos en Estados Unidos descubrieron cómo tomar dióxido de carbono (CO2) del aire para transformarlo en nanofibras de carbono, un material costoso que se usa en la fabricación de componentes electrónicos y baterías.
Investigadores han desarrollado un sistema que captura el dióxido de carbono y lo convierte en productos químicos que pueden ser utilizados para fabricar plásticos, fármacos y, aún mejor, biocombustibles.
Han logrado desarrollar baterías de carga rápida que llegan a cargarse al 70% en tan solo 2 minutos y que además no comprometen la vida de las mismas, sino que logran incrementar su duración en 20 años.