Las aplicaciones de fitness no son nada nuevo, pero ninguna de ellas puede replicar cómo es estar en una clase, con el instructor animándolo en tiempo real o ayudándolo si no puede hacer esas flexiones.
“Si me mato en el gimnasio puedo comer lo que quiera” o “mientras salga a correr, tendré el peso controlado”. ¿Ha pensado alguna vez cosas similares a estas? ¿Cree que vigilar la alimentación es algo secundario si cumple con el ejercicio?
Se conocen de sobras las ventajas para la salud del ejercicio de alta intensidad, pero una nueva investigación en la Universidad McMaster señala otro beneficio notable: una mejor memoria.