Crear el prototipo de un nuevo dispositivo sin una fábrica a su disposición consume tiempo y es caro. A menos que la impresora Squink se haga realidad. Permite imprimir sus propias tarjetas de circuitos funcionales utilizando tinta conductora y pegamento.
Mediante simulaciones por computador, unos científicos han dado con un diseño idóneo para crear un cristal que se comportaría como un interruptor o conmutador entre estructuras conductoras y no conductoras.
La basura electrónica constituye un problema, pero aún más problemático resulta cuando el dispositivo inservible es de tipo médico y está dentro del cuerpo, ya que hay que retirarlo para impedir que acabe provocando daños, si el dispositivo en cuestión se pudiera disolver de manera inofensiva dentro del cuerpo, se evitarían muchos problemas y también intervenciones quirúrgicas.
Como una demostración del inmenso potencial que ofrece el uso del grafeno en aplicaciones cotidianas en las que podría necesitarse electrónica impresa y flexible, unos ingenieros han diseñado y fabricado un singular piano electrónico impreso y flexible.
La compañía israelí PointGrab ha logrado que, con solo apuntar con el dedo a dispositivos electrónicos o electrodomésticos y mediante gestos, se puedan controlar a distancia.