Un gran avance en investigación energética se ha producido recientemente con el descubrimiento de nuevos materiales que constituyen una mejor alternativa al almacenamiento de energía en baterías e incluso en supercondensadores convencionales, al ofrecer mayor eficiencia, mayor seguridad, mayor respeto al medio ambiente y una recarga más rápida.
A diferencia de los fármacos, los implantes activos actúan de manera local, tienen menos efectos secundarios y funcionan directamente a través de señales eléctricas, de forma muy parecida a como lo hace el propio cuerpo en muchos aspectos.
Uno de los principales objetivos de la ingeniería automotriz es potenciar la eficiencia en el consumo de combustible de automóviles y otros vehículos terrestres mediante la “recolección” de la energía generada por sus amortiguadores y su introducción de vuelta a las baterías o sistemas eléctricos, como el aire acondicionado.
Islandia está demostrando ser mucho más inventivo que el resto de nosotros cuando se trata de nuevas tecnologías energéticas. Habiendo ya domesticado sus recursos geotérmicos superficiales, la isla ahora está tratando de aprovechar el poder del magma.
Un equipo de investigadores del Instituto de Energía Solar de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) (España) están desarrollando un novedoso sistema que permite almacenar energía en silicio fundido, el elemento más abundante de la corteza terrestre.