Convertir un único fotón de un color (longitud de onda o frecuencia), en otro de distinto color es una operación esencial en la comunicación cuántica, que aprovecha las sutiles correlaciones entre las propiedades subatómicas de los fotones (partículas de luz) para almacenar y transmitir de forma segura información.
Científicos del Instituto de Óptica Cuántica e Información Cuántica (IQOQI) de la Academia Austríaca de Ciencias, de la Universidad de Viena y de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) han conseguido por primera vez entrelazar tres partículas de luz o fotones utilizando una propiedad cuántica relacionada con el retorcimiento (twist) de la estructura de sus frentes de onda.
El trasvase de información entre los fotones de la luz, portadores de información, y los electrones de los dispositivos electrónicos miniaturizados es un reto tecnológico importante, que podría encontrar una solución a partir de ahora gracias a la propuesta de un equipo de investigadores.