Miles de veces más delgadas que una hoja de papel, estas placas pueden retorcerse y arrugarse sin perder su forma original, material extremadamente delgado que aún puede cogerse con la mano.
Un equipo de investigadores chinos ha desarrollado un papel basado en óxido de grafeno que se dobla, camina y gira en esquinas por sí mismo, en respuesta a cambios de temperatura.
Imagine circuitos eléctricos que se puede imprimir y utilizar durante unas horas antes de que se desvanezcan y detengan su funcionamiento o cambien su función.