El grafeno (una capa de átomos de carbono conformando una retícula hexagonal con un grosor de tan solo 1 átomo) tiene muchas aplicaciones potenciales para el futuro, y a esta lista hay que añadirle ahora una más: su posible uso como superconductor eléctrico.
Unos científicos han estado trabajando hacia la identificación y la mejora de un nuevo mecanismo para eliminar la fricción, actividad que les ha conducido a desarrollar un material híbrido capaz de exhibir superlubricidad en la macroescala, algo no logrado previamente en estas circunstancias.