Si decidir ir al gimnasio es como una batalla, las conclusiones a las que se ha llegado en un estudio reciente apuntan a que el conflicto es real, y que es algo que viene motivado por patrones profundamente enraizados en estructuras cerebrales.
Si decidir ir al gimnasio es como una batalla, las conclusiones a las que se ha llegado en un estudio reciente apuntan a que el conflicto es real, y que es algo que viene motivado por patrones profundamente enraizados en estructuras cerebrales.