Un equipo de investigadores de la Clínica Mayo en colaboración con científicos de la Universidad de California en Los Ángeles (EE. UU.) ha conseguido, mediante un dispositivo que estimula la médula ósea del paciente y una terapia física intensa, hacer que un paralítico mueva intencionadamente sus piernas, que vuelva a caminar.
Unos científicos han desarrollado tecnología sensorial para un brazo robótico protésico, logrando que este detecte señales procedentes de los nervios en la médula espinal.
En su búsqueda de soluciones con las que poder recuperar el movimiento de personas con lesiones en la médula espinal, los investigadores especializados en esta problemática se han centrado en llevar las señales cerebrales a los nervios y músculos desconectados del cerebro que ya no reciben de este los mensajes que les harían moverse.