La utilización de herramientas micro y nanotecnológicas ha hecho posible la incorporación de funcionalidades específicas a las fibras como repelencia a insectos, actividad antimicrobiana para uso médico o detección de pequeños movimientos con múltiples aplicaciones y usos.
Científicos en Estados Unidos descubrieron cómo tomar dióxido de carbono (CO2) del aire para transformarlo en nanofibras de carbono, un material costoso que se usa en la fabricación de componentes electrónicos y baterías.