Un grupo de investigadores ha construido el primer corazón artificial que funciona con pilas de combustible microbianas alimentadas con orina humana, pero está destinado a ser utilizado en robots o “EcoBots” que extraen energía de los residuos orgánicos y la convierten en electricidad.
Investigadores en la Universidad del Oeste de Inglaterra descubren una manera de utilizar la orina humana para recargar la batería de un teléfono con celdas de combustible biológico.