Tras un día agotador de trabajo, las tácticas que utilizamos para reducir ese estrés acumulado y relajarnos pueden ser de lo más variado: ir al gimnasio, abrir una botella de vino, ver nuestra serie favorita, sacar a pasear a nuestra mascota… Ahora, un nuevo estudio de la Escuela de Psicología de la Universidad Estatal de Florida (EE.UU.) ha añadido uno más: fregar los platos.