Una segunda piel hecha de polímero transparente que se adhiere a la dermis para mejorar la apariencia de arrugas o sequedad ha sido creada por un equipo de la start-up Olivo Labs, en colaboración con científicos del Instituto tecnológico de Massachusetts (MIT) (EE.UU.).
Unos investigadores han desarrollado una nueva forma de cultivar tejidos humanos realistas fuera del cuerpo. Su tecnología que se podría apodar “una persona en un chip”, siguiendo el estilo de la denominación “laboratorio en un chip”, se llama AngioChip y es un sistema muy prometedor para descubrir y probar nuevos fármacos.
Unos ingenieros han desarrollado una nueva “metapiel” flexible, estirable y ajustable que utiliza filas de pequeños dispositivos de metal líquido para ocultar un objeto de los agudos ojos de un radar.
Todos los materiales reaccionan al calor de alguna manera. Pero este nuevo polímero de forma cambiante, reacciona a temperaturas tan pequeñas como el tacto de la piel humana para contraerse y en el proceso, levantar 1.000 veces su propio peso.