Un paralítico llamado Erik Sorto finalmente ha sido capaz de beber cerveza por sí mismo después de 13 años, y todo gracias a un brazo robótico controlado únicamente por su mente.
Un paralítico llamado Erik Sorto finalmente ha sido capaz de beber cerveza por sí mismo después de 13 años, y todo gracias a un brazo robótico controlado únicamente por su mente.