La gente de VR Coaster tuvo una gran idea: Crear un viaje 3D sincronizado a una montaña rusa del mundo real, poner a alguien en el asiento con un casco Oculus Rift, y que viaje a través de un fantástico paisaje lleno de dragones y gigantes de lava.
The Nightmare Machine propone fusionar el concepto de la casa embrujada con la flexibilidad de la realidad virtual, formando una experiencia única, y por demás aterradora.
Hay un montón de razones para hacer frente a una pared de escalada en su gimnasio local: es un gran ejercicio, puede mejorar su coordinación ojo-mano, y ayuda a inculcar habilidades de montañismo útiles en caso de que alguna vez se encuentre atrapado en un acantilado. Pero los investigadores de la Universidad de Aalto en Finlandia quieren llevarlo un paso más allá a través del uso de sensores Kinect y proyectores que convierten las paredes de escalada en juegos interactivos, gracias a la realidad aumentada.
El Oculus Rift promete hacer el Holodeck de Star Trek una realidad, pero sólo en su cabeza. No se puede pasar toda su vida con una visera ridícula pegada a la cara, y por eso hay un enfoque alternativo para la holocubierta: proyectores para convertir una pequeña habitación sin gracia en todo un lugar virtual cambiante.
Con la magia de la realidad virtual, es más fácil que nunca averiguar lo que sería ver a través de los ojos de otro, pero para que el efecto sea completo hay que imitar sus movimientos. ¿Y si en realidad se pudiese controlar a la otra persona? En realidad esto ya posible. Hola, Avatar.