Unos investigadores han desarrollado un sensor acústico ponible, diminuto y blando, que mide las vibraciones en el cuerpo humano de un modo tal que le permite monitorizar la salud cardíaca humana y hasta reconocer palabras habladas.
Cuando un camión pasa junto a un edificio, las vibraciones pueden viajar hasta la estructura de la azotea y bajar de nuevo, generando fugazmente temblores minúsculos a través de las vigas y otros componentes de la estructura.