La silicona es tan blanda y flexible que se deforma fácilmente bajo la presión de un dedo. Unos investigadores han creado sensores hechos de este material flexible, facilitando así el control de dispositivos.
Han creado un nuevo sistema infrarrojo de detección de la profundidad, construido a partir de un smartphone con un láser unido a él, que funciona en el exterior tan bien como en interiores.
Una técnica avanzada de detección de contaminantes y materias extrañas en alimentos permite penetrar en alimentos y detectar contaminantes o cuerpos extraños de tamaño reducido (hasta 2 y 3 milímetros), situados en la superficie o incluso en su interior.
Investigadores de Harvard han desarrollado un sensor emergente cuyas cuatro capas se colapsa a una pequeña huella (sólo un décimo de pulgada) cuando sea necesario, pero se expande en un sensor 3D gracias a un muelle incorporado.
Por primera vez, los investigadores han demostrado con éxito un sistema que permite a una persona mover los dedos individuales de una prótesis de mano usando sólo sus pensamientos.