Un equipo de especialistas en computación de la Universidad de Sarre (Saarland) en Alemania y la de Carnegie Mellon en Estados Unidos está evaluando el uso potencial del cuerpo humano, la piel, como superficie sensible al tacto para controlar dispositivos móviles.
Una compañía israelí ha desarrollado una lente y procesamiento de imágenes de software óptico tan poderoso, que puede convertir cualquier smartphone en un sensor hiperespectral, permitiendo identificar los componentes químicos de casi cualquier objeto a distancia, sin tener que recoger muestras físicas.
La invención reciente de unas asombrosas tintas abre las puertas de una nueva era en la que cualquiera podrá construir sensores, en cualquier lugar, incluyendo médicos en la clínica, pacientes en su casa, y policías y soldados allá donde pueda haber explosivos o sustancias para la guerra química.
El grupo de Microelectrónica Analógica y de Señal Mixta del Instituto de Microelectrónica de Sevilla (CSIC) ha diseñado un sensor de imagen que incorpora pixeles ‘inteligentes’, es decir, no sólo capturan la imagen de la escena, sino que la comprimen, ya que incorporan circuitos en su interior.