En los países de habla alemana, las personas sordociegas utilizan un “alfabeto táctil” llamado LORM para comunicarse unos con otros, lo que implica una serie de movimientos de la mano. El problema con LORM, sin embargo, es que pocas personas lo entienden.
Aunque se suele poner como ejemplo de discreción a las paredes, presumiendo de que no hablan, y por extensión al resto de elementos arquitectónicos, muebles y otros objetos comunes de una habitación, ahora la discreción de todos ellos sobre conversaciones que tengan lugar a su lado ya no está garantizada, debido al naciente campo de las técnicas ópticas capaces de percibir en objetos las vibraciones que el sonido del habla genera, y de descifrarlas con tanta sofisticación que ello permite distinguir las palabras pronunciadas.
El agua no se supone que debe flotar en la superficie del agua, porque agua es agua. Entonces, ¿cómo están estas gotas de agua suspendidas en la superficie del agua?
Científicos del MIT en colaboración con Microsoft y Adobe han desarrollado un algoritmo capaz de extraer audio inteligible de las vibraciones de objetos a través de un video.