Técnica para diferenciar entre productos auténticos y falsificaciones por el pegamento de sus etiquetas

Técnica para diferenciar entre productos auténticos y falsificaciones por el pegamento de sus etiquetas

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Hace unos años, científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en Estados Unidos inventaron una etiqueta de identificación criptográfica que es varias veces más pequeña y bastante más barata que las tradicionales etiquetas de radiofrecuencia (RFID) que suelen adherirse a los productos para verificar su autenticidad.

Esta minúscula etiqueta, que ofrece mayor seguridad que las RFID, utiliza ondas del orden del terahercio, que son más pequeñas que las ondas de radio.

Pero esta etiqueta de terahercios compartía una importante vulnerabilidad de seguridad con las RFID tradicionales:

Un falsificador podría despegar la etiqueta de un artículo auténtico y volver a colocarla en uno falso, sin que el sistema de autentificación se diera cuenta.

El equipo integrado, entre otros, por Ruonan Han y Eunseok Lee, del MIT, ha superado ahora esta vulnerabilidad de seguridad en las etiquetas de terahercios, logrando una etiqueta de esta clase que sigue siendo diminuta y barata, pero que ahora ya no puede ser despegada de un producto y pegada en otro sin que se note.

La clave está en el pegamento empleado para mantener adherida la etiqueta al producto.

Al preparar el pegamento con el que se pegará la etiqueta, se le añaden a este partículas metálicas microscópicas y luego utilizan las ondas del orden del terahercio para detectar el patrón único que esas partículas forman en la superficie del artículo.

Al igual que una huella dactilar, este patrón aleatorio se utiliza para autentificar el objeto.

Estas partículas metálicas son como espejos para las ondas de terahercios.

Si extendemos un montón de trozos de espejo sobre una superficie y luego la iluminamos, dependiendo de la orientación, el tamaño y la ubicación de esos espejos, obtendremos lecturas distintas pero con un mismo patrón.

Sin embargo, si despegamos el chip y lo volvemos a pegar, destruimos ese patrón.

La etiqueta antimanipulación tiene un tamaño de unos 4 milímetros cuadrados.

Como la etiqueta de terahercios es tan barata de producir, podría implantarse de modo masivo en toda una cadena de suministro.

Además, su diminuto tamaño permite colocarla en artículos demasiado pequeños para las etiquetas RFID tradicionales.

Fuente: MIT News

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